Academia de Ciencias Matemáticas, Físico-Químicas y Naturales


Cierre del acto de ingreso en la Academia como Académico correspondiente del Ilmo. Sr. D. Luis Liz Marzán realizado por el Excmo. Sr. Presidente de la Academia




   Excmo. Sr. Presidente de Honor de la Academia,
   Excmo. Sr. Presidente de la Sección de Físico-Químicas,
   Ilmo. Sr. Secretario General,
   Ilmo. Sr. Hidalgo Álvarez, hoy Padrino,
   Ilmo. Sr. Liz Marzán, ya nuevo académico correspondiente,
   Excmos. e Ilmos. Sras. y Sres. Académicos,
   Sras. y Sres.


   A veces la confluencia de circunstancias hace que una actividad concreta y de carácter ordinario pueda cobrar una relevancia especial y, según lo veo yo, hoy nos encontramos ante una de estas situaciones. Y ello no sólo por la calidad de la persona que hoy se nos incorpora, que por supuesto también, pero es que además si revisamos los acontecimientos internacionales de la última década, nos encontramos con que hace ya más de cinco años la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su resolución, 20/12/13, proclamaba, a propuesta de la UNESCO, al año 2015 Año Internacional de la Luz y de las Tecnología Basadas en la Luz” resolución que fue apoyada por más países que cualquier otro año internacional de ámbito científico y exponsorizada por más de 85 empresas de diferentes nacionalidades.
   Con ello, la ONU pretendía reconocer la importancia que la LUZ y las tecnologías en ella basadas presentan en la actualidad en la vida de los ciudadanos del mundo y, a su vez, destacar la necesidad de aumentar la conciencia mundial al respecto, así como fortalecer la enseñanza de la ciencia y tecnologías de la luz para abordar retos tales como el desarrollo sostenible, la energía y la salud, entre otros muchos.
   En definitiva, se pretendía con esta iniciativa iniciar un proceso para tratar de mejorar la calidad de vida de los países tanto en vías de desarrollo como los ya desarrollados.
   Y es que, la Organización de las Naciones Unidas, consideraba que las aplicaciones de la Ciencia y Tecnología de la Luz son esenciales para el avance en prácticamente todos los campos del conocimiento, apostillando la importancia de las mismas en el desarrollo de las metas internacionales, convenidas con anterioridad, tales como el acceso a la información así como el aumento de la salud y el bienestar de la sociedad, entendiendo como importantísimo el papel que estas presentan en relación con la eficiencia energética, evitando derroches totalmente eludibles, y la reducción de la contaminación lumínica, favoreciendo cielos obscuros, tan necesarios para la investigación científica.
   La Organización de Naciones Unidas invitaba, así mismo, a la UNESCO a que alentara a todos los estados, al sistema de Naciones Unidas y demás agentes, públicos o privados, para que estimulasen la cooperación internacional con el fin de conseguir aumentar la conciencia pública sobre la importancia de esta rama del conocimiento y de sus tecnologías para el desarrollo de los países, tratando de promover un acceso muy amplio para todos los ciudadanos a los nuevos conocimientos y actividades conexas a la luz, haciendo un hincapié especial en la necesidad de propiciar la incorporación de nuestros jóvenes a estos campos del conocimiento.
   Pues para la ONU y la UNESCO no pasaba desapercibido el hecho paradójico de que un aumento exponencial en nuestra sociedad de la utilización de las tecnologías basadas en la luz, haya venido acompañado de una disminución muy significativa en las vocaciones hacia la formación y las profesiones que le son inherentes.
   El motor económico que supone el binomio “Luz y Óptica”, se considera revolucionario para nuestro siglo XXI y, por ello, si al siglo XX se le consideró el siglo de la electrónica, el siglo XXI será, ya lo es, el siglo de la fotónica, "el gran siglo de la luz".
   Esta iniciativa inicial de la ONU viene a estar fuertemente reforzada por la también declaración del día 21 de marzo, ayer, como Día Internacional del Color, uno de los aspectos de la luz conocido como percepción visual simple, y, desde este año 2019, al 16 de mayo, como Día Internacional de la Luz. Al respecto les recomiendo la lectura de estas resoluciones.
   La coincidencia de ayer con hoy hace, como les decía, que la incorporación a esta Academia de nuestro flamante correspondiente cobre una especial relevancia, además de por su proyección científica, por la ocasionalidad del proceso y, teniendo en cuenta el título que le ha dado a su discurso de ingreso “Los colores de la Ciencia y la Ciencia de los Colores,” por el gran oportunismo que implica en los dos sentidos que trata de imprimir al mismo, y ello sin perder de vista que quien les habla en este momento ha dedicado prácticamente toda su vida profesional a la investigación y la docencia en el campo de la Luz y del Color.
   Han sido, pues, las muchas confluencias que se han producido las que han originado que la incorporación que hoy realizamos tenga una proyección y una relevancia ciertamente importantes.
   Analizando someramente el contenido del discurso del Dr. Liz, pues no soy partidario, como saben ustedes, de hacerlo de otra forma desde esta presidencia, eso ya lo ha realizado su padrino en su discurso de contestación, yo comparto su idea de que se haga necesario que el desarrollo y la gestión de la Ciencia sean independientes del “Color” de los poderes oficiales del momento y de que, aunque se hayan realizado esfuerzos al respecto, sea apremiante insistir en tal sentido sobre un problema que ha existido siempre y que, por desgracia, mucho me temo que seguirá existiendo. Recuerdo, al respecto, la intervención del entonces Rector Magnífico de la Universidad de Zaragoza, Profesor Casas Peláez, en su discurso de toma de posesión, en el que pedía a los gobernantes del momento “que dejaran a los científicos hacer y promover la Ciencia con libertad y sin interferir en su desarrollo”.
   También es muy conocido el pronunciamiento de W. Churchill cuando decía: “protéjase a Investigación allá donde se haga sin preguntar para que sirve, eso vendrá con toda seguridad después”. Y es que, ciertamente, se debe considerar a la Ciencia, y con ella a la investigación, como el motor de la Economía y no como otra cosa.
   La tendencia, tan generalizada, de quienes no conocen los entresijos del quehacer científico pero que, con frecuencia nos gobiernan, de querer resultados rápidos y específicos que resuelvan problemas concretos, no es, no será nunca, el camino a seguir. Como decía B. Houssay, Premio Nobel de Medicina, “no hay ciencia aplicada sin ciencia que aplicar”. Para darse cuenta de ello, no hay más que considerar que la mayor parte de los grandes descubrimientos con alta repercusión no han salido de búsquedas dirigidas sino que han sido logros, a veces inesperados, del quehacer científico cotidiano dentro de la investigación básica.
   En lo referente al apartado de la Ciencia de los Colores, nuestro ya compañero hace en su discurso una incursión interesantísima en el campo de los nanomateriales y los coloides, centrándose en las resonancias plasmónicas propias de los metales con electrones libres para introducirnos en lo que se ha dado en llamar la Nanoplasmónica como la parte de la Ciencia que estudia la interacción de la luz con objetos de menor tamaño que su longitud de onda, sacando partido colorimétrico para el caso de las nanoparticulas con anisotropía de forma y las implicaciones en el aspecto cromático que pueden generarse, además de las aplicaciones que pueden derivarse en la medicina personalizada para la detección precoz de ciertas enfermedades mediante el denominado Nanodiagnóstico.
   Yo estoy convencido de que nuestro flamante correspondiente podrá disfrutar en el futuro, y con él esta su ya Academia, así lo espero y lo demando, de los logros que se deriven de su “Suerte”, su “Paciencia”, su “Habilidad” y de los “Recursos necesarios para desarrollar su actividad” que estoy seguro llegarán.
   Luís Liz Marzan: Bienvenido a la Academia de Ciencias Matemáticas Físico-Químicas y Naturales de Granada.
   Muchas gracias a todos por su atención.
   Se levanta la Sesión.